Presidente Chaves deja abierta la posibilidad
Declaraciones del mandatario sobre un eventual fallo de la CIDH alarman a sectores sociales y políticos.
En su habitual conferencia semanal, el presidente Rodrigo Chaves desató una ola de preocupación tras sus declaraciones sobre la posibilidad de que Costa Rica abandone la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Esto, en el contexto del caso «Beatriz vs. El Salvador«, en el que se discute un tema altamente sensible: el acceso al aborto terapéutico en América Latina.
Chaves afirmó que, si la CIDH falla en favor de «algo que atente contra la vida de los niños en el vientre«, su gobierno tomará «las medidas necesarias para defender la vida«. Este comentario surgió como respuesta a una pregunta sobre la moción presentada por el partido Nueva República y su líder, Fabricio Alvarado, quien solicitó al presidente considerar la salida de Costa Rica de la Corte si esta emite un fallo «en contra de la vida«.
Aunque Chaves criticó la moción de Alvarado como un movimiento prematuro basado en hipótesis, sus palabras dejaron abierta la posibilidad de un giro histórico: «Este gobierno es absolutamente provida. La ministra Laura Fernández es una luchadora por esta causa, y lucharemos hasta el último minuto para proteger a los niños«, expresó enfáticamente. También aseguró que el gobierno esperará el fallo y, si este resulta vinculante para el país, «dará la lucha que sea necesaria«.
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Por su parte, la ministra de la Presidencia, Laura Fernández, reafirmó el compromiso de la administración con las posturas antiaborto y aseguró que no apoyarán ninguna iniciativa que contradiga estos principios. En un mensaje dirigido a sectores religiosos y conservadores, Chaves prometió convocarlos «a proteger esas vidas» si el momento lo exige. «Cuenten con nosotros«, enfatizó el mandatario, mientras advertía sobre los errores estratégicos que, según él, algunos líderes cometen en busca de protagonismo.
La declaración de Chaves de que «si hace falta» llamará a Fabricio Alvarado para coordinar acciones ha sido interpretada por analistas y organizaciones de derechos humanos como una señal alarmante. Sugiere, según expertos, una postura que podría aislar a Costa Rica en el ámbito internacional, dada la relevancia de la CIDH en la defensa de los derechos humanos en la región.
Estas declaraciones marcan un precedente inquietante en la política exterior costarricense y generan dudas sobre el compromiso del país con la protección de derechos fundamentales. La posibilidad de abandonar la CIDH, aunque presentada como una remota eventualidad, ha encendido las alarmas entre diversos sectores que consideran esta institución un pilar en la defensa de la democracia y los derechos humanos en el continente.