La sorpresiva presencia de Morales agita la investigación de seguridad.
Preguntas insidiosas, teorías inquietantes y un trasfondo personal no resuelto rodean la sorpresiva aparición de Morales en la investigación sobre el debilitamiento de la seguridad pública.
La inesperada aparición del diputado chavista Manuel Morales en la Comisión de Seguridad y Narcotráfico de la Asamblea Legislativa, el pasado 4 de junio, desató más interrogantes que respuestas. Morales, quien hasta ahora nunca había participado activamente en esta comisión, apareció visiblemente nervioso, iracundo e insidioso, generando sospechas sobre sus verdaderas intenciones.
Durante la comparecencia del subdirector de la DIS, Hans Sequeira, en el marco de la investigación del EXPEDIENTE Nº 24697: Debilitamiento de la Política de Seguridad Pública para el Favorecimiento de la Delincuencia Organizada, Morales desvió abruptamente el tema al interrogar obsesivamente sobre supuestas persecuciones a diputados o allegados por parte de la DIS.
“Está dando declaraciones públicas frente a los diputados. ¿La DIS persigue diputados o allegados de los diputados?”, lanzó Morales, quien insistió varias veces con tono agresivo, buscando una respuesta de forma casi coercitiva. Sequeira, desconcertado ante la agresividad del diputado, reiteró: “No sé a qué se refiere, señor diputado.”
Este episodio desató teorías en los pasillos legislativos, donde muchos comenzaron a preguntarse:
¿Qué motivó realmente la presencia de Morales?
Entre los rumores que circulan dentro de la Asamblea Legislativa resurge la inquietud sobre los allanamientos a sus locales comerciales, señalados por presunto funcionamiento como bares swinger clandestinos, consumo y venta de drogas y posible proxenetismo. Asimismo, versiones extraoficiales apuntan a una supuesta adicción al cannabis del diputado Morales, asunto nunca aclarado públicamente y ante la perdida de inmunidad en menos de un año debe estar preocupado al tener que enfrentar posibles investigaciones por sus actos.
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Pero la duda crece aún más cuando se recuerda que este mismo caso involucra a la Unidad Especial de Intervención (UEI), señalada por realizar seguimientos a diputados y periodistas opositores al gobierno de Rodrigo Chaves.
¿Será que el diputado Manuel Morales conoce al supuesto agente de la UEI, identificado como INCA 17, quien habría ejecutado seguimientos ilegales a sus propios compañeros diputados, periodistas y críticos del régimen chavista?
Paradójicamente, Morales ahora manifiesta preocupación por el supuesto espionaje a diputadas opositoras como Johana Obando y Cynthia Córdoba, tiempo después de que el canal oficialista OPA expusiera su vida privada en un evidente intento de amedrentamiento mediático. Sin embargo, el fiscal general Carlo Díaz ha sido claro en esta misma comisión legislativa investigadora de Seguridad y Narcotráfico: los seguimientos no son realizados por la DIS, sino por la UEI, el verdadero brazo operativo de Zapote.
Esto lleva a un cuestionamiento central:
¿Intenta Morales desviar el foco de la investigación precisamente cuando el informe final de la comisión está próximo a entregarse el 13 de junio?
A pesar de los intentos de este medio por obtener declaraciones de Gilbert Jiménez, presidente de la Comisión de Seguridad y Narcotráfico, no se recibió respuesta al cierre de esta nota. Resulta además relevante preguntarse cuántas veces ha asistido Manuel Morales a esta comisión durante los tres años de su gestión legislativa.
Mientras tanto, la pregunta queda flotando en el ambiente legislativo:
¿Qué teme realmente Morales? ¿A quién intenta proteger? ¿Busca encubrir redes de poder o limpiar su propio historial antes de que la verdad salga a la luz?
La tendenciosa irrupción de Morales no aporta al propósito central de la comisión: determinar las responsabilidades políticas y administrativas de la administración Chaves Robles en el debilitamiento de la seguridad pública costarricense.