A diferencia de sus compañeros de bancada, el diputado Manuel Morales ha demostrado trabajo legislativo, pensamiento crítico y compromiso con el ambiente.
Mientras gran parte de la bancada oficialista acumula cuestionamientos por su inoperancia, sumisión al Ejecutivo y escándalos mediáticos, el diputado Manuel Morales Díaz destaca como una excepción en medio del desierto chavista.
Con un perfil técnico, ambientalista y conciliador, Morales ha logrado presentar 21 proyectos de ley desde que asumió su curul en 2022, de los cuales tres ya son ley de la República, posicionándose como el único legislador oficialista con resultados concretos y discurso propio.
Con una asistencia del 95.7% a sesiones plenarias y presencia en el 95% de las votaciones, Morales ha demostrado una ética de trabajo legislativo que contrasta con la de varios de sus compañeros de bancada, conocidos más por su obediencia ciega a Zapote que por su aporte sustantivo a la agenda nacional.
Tres leyes concretas… y una diferencia notoria con Zapote
Entre las leyes impulsadas por Morales y ya aprobadas se encuentran:
- Expediente 23484: Reforma que permite a odontólogos fungir como visitadores médicos, ampliando oportunidades profesionales dentro del sistema de salud.
- Expediente 23769: Autorización de mutación demanial para la conclusión de la Circunvalación Norte, una obra nacional estancada por la falta de acción del Poder Ejecutivo.
- Expediente 24216: Donación de un terreno de RECOPE al Benemérito Cuerpo de Bomberos para la construcción de nuevas instalaciones, fortaleciendo la infraestructura pública.
Estos logros posicionan a Morales como el único diputado chavista que ha ido más allá del servilismo, el show político y la línea de partido.
Ambientalista con voz propia… incluso frente a Rodrigo Chaves
Morales ha demostrado que no todo el oficialismo es sumiso. Su proyecto de ley 23579 para declarar a Costa Rica libre de exploración y explotación de petróleo y gas generó roces con el propio presidente Rodrigo Chaves, quien públicamente criticó la iniciativa.
La respuesta de Morales fue clara y técnica:
“Limitar la explotación de petróleo es coherente con nuestro modelo de desarrollo. Costa Rica es un líder mundial en energías limpias y turismo sostenible, que representa el 8% del PIB y más de 200 mil empleos.”
Una declaración valiente que refleja independencia de criterio, algo escaso entre los diputados del oficialismo.
Agenda activa desde la Comisión de Ambiente
Desde su puesto en la Comisión de Ambiente, Morales ha dictaminado 28 proyectos de ley, destacando iniciativas como:
- Creación de un área silvestre protegida en Cachí.
- Regulación de artes de pesca sostenibles.
- Protección del tiburón martillo.
También ha impulsado la Ley de Creación de la Reserva Forestal Río Pacuare (exp. 24229) y la derogatoria del Parque Nacional Simón Bolívar (exp. 24299), para replantear su administración.
A nivel internacional, Morales ha representado al país en cumbres sobre cambio climático y océanos, como el Summit Acciones Climáticas 2024 y “Immersed in Change”, dejando claro que su compromiso trasciende el discurso.
Un diputado presente, con visión integral
Además de su agenda ambiental, Morales ha promovido:
- Participación juvenil y femenina en la acción climática.
- Campañas urbanas como “Barrio Escalante no es un cenicero”.
- Donación de cargadores eléctricos al Congreso.
- Foros sobre movilidad eléctrica y protección del consumidor financiero.
- Apoyo al Festival Transitarte 2025.
Rumores, ataques y la respuesta con altura
En semanas recientes, Morales fue blanco de rumores sobre supuestos conflictos personales ocurridos en la Asamblea Legislativa. Consultado por Radio Zurqui, fue enfático:
“Eso es falso. Ya quisiera yo que dos mujeres se peleen por mí, pero no es cierto y ha afectado a personas cercanas, como mi madre”.
Una respuesta directa, con humor y dignidad, que demuestra temple político y humano.
Conclusión:
Manuel Morales no es el típico diputado chavista. Tiene trabajo legislativo comprobable, un discurso ambiental coherente, una actitud conciliadora y una ética política que lo aleja del servilismo institucionalizado. Es, por ahora, la excepción que confirma el desastre de una fracción oficialista que sigue de rodillas ante Zapote.
