Araya Monge ex diputado y exviceministro del PLN hoy fiel chavista
En el mundo de la política costarricense hay muchas rutas de ascenso, pero pocas tan evidentes como la de Luis Carlos “Licho” Araya Monge: heredero de la larguísima dinastía Araya–Monge en el PLN, exdiputado, exviceministro de Transporte Aéreo y Marítimo, expresidente de la autoridad de aviación civil, y ahora… ficha destacada del “nuevo progreso” del chavismo costarricense, en Pueblo Soberano.
Una dinastía liberacionista que se recicla
Araya Monge es parte de esa corriente histórica del PLN conocida como “arayismo” o “mongismo-arayismo”, basada en relaciones familiares que se remontan al expresidente Luis Alberto Monge Álvarez. Esa tradición de poder —heredero directo de caudillos liberacionistas— le da pedigree, pero también pasivo político.
Controversias y conflictos de interés que quedaron en el limbo
Aunque Araya Monge ha manejado cargos de alta responsabilidad —como asesor en empresas aeronáuticas, gerente general de Aerojet, director de Servicio de Despacho Aéreo— y luego viceministro (del Ministerio de Obras Públicas y Transportes), su expediente incluye serias alertas de conflicto de interés.
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Por ejemplo, se señaló que su presencia en la industria aeronáutica y luego su rol regulador abrían la puerta a “influencias cruzadas”. Y aunque no se documentó condena formal, la sombra quedó.
Peor aún: al unirse al chavismo, el mensaje implícito es que esos “pasados cuestionables” se borran si entras en el club correcto.
De hecho, un artículo de Radio Zurqui lo pone contra las cuerdas: “En medio del discurso de ‘renovación’ y ‘cero corrupción’… se consolidan figuras que representan lo más cuestionado del viejo PLN”.
El puente PLN → chavismo: reciclaje ideológico o simple oportunismo
Araya Monge no sólo abandona parcialmente el liberacionismo de su familia: ahora aparece como coordinador de campaña de Pueblo Soberano para el cantón de Palmares. ¿El mensaje? Si tú fuiste parte del viejo poder tradicional (y sus complejos dilemas éticos), tranquilo: aquí tienes una mesa nueva, un sello ‘alternativo’ y, lo más importante, el “bautismo” político que limpia historial.
4. La moraleja de este “nuevo” camino
Lo que queda claro es que el paso de Araya Monge muestra un fenómeno preocupante: que la “entrada” en el chavismo (o en agrupaciones que se venden como rupturistas) puede automáticamente funcionar como amortiguador de crítica, escrutinio o pasado poco transparente. El mensaje subliminal es: “Puedes venir con mochila pesada de controversias, aquí te reinauguramos”.
Conclusión
Luis Carlos Araya Monge no es un caso aislado, sino ejemplo del reciclaje político que nos venden como “renovación”. De la venerable dinastía del PLN al abrazo del chavismo, su camino amplifica la tesis de que en ciertos sectores, más que juzgarse el pasado, basta con cambiar la sigla para recomenzar la carrera.
¿Quién paga ese cambio de sigla? Nosotros, los ciudadanos que creemos en la regeneración cuando en realidad solo están cambiando banderas.











