Del Photoshop a la política de cartón
Laura Fernández anuncia su acto chavista en la sede del partido Pueblo Soberano
La exministra de la Presidencia y de Planificación, Laura Fernández Delgado, ha confirmado públicamente su intención de ser precandidata del partido Pueblo Soberano, el brazo político del chavismo costarricense, en un acto anunciado para el 28 de julio en la sede de ese partido. Con ello, Laura se quita por fin el disfraz de funcionaria independiente y se entrega, de cuerpo entero, al guion dictado por Pilar Cisneros y Rodrigo Chaves.
Este anuncio no solo revela su verdadera lealtad, sino que ofrece la oportunidad perfecta para revisar la trayectoria de una figura política cuya carrera ha sido construida a la sombra de hombres poderosos, sin ideas propias ni logros que resalten por mérito individual.
Una carrera al servicio del poder ajeno
Desde el 2006, Laura Fernández ha ocupado una serie de cargos como asesora, siempre al margen del protagonismo y nunca como líder de iniciativas propias. Su paso por la política nacional incluye:
- 👎 2006-2010: asesora del vicepresidente Kevin Casas, bajo el gobierno de Óscar Arias.
- 👎 2010-2014: asesora del Ministro de Planificación Roberto Gallardo, durante la administración Chinchilla.
- 👎 2014-2018: asesora del diputado Mario Redondo y fallida candidata a diputada por un partido evangélico.
- 👎 2020: asesora del alcalde de Cartago.
- 👎 2021: parte del equipo de Mario Redondo en busca de una coalición.
- 👎 2022-2024: ministra del gobierno de Rodrigo Chaves, donde acumuló más papelones que resultados.
Lo que todos estos cargos tienen en común es que Laura Fernández nunca lideró, nunca impulsó un proyecto estructural propio y jamás dejó huella real. Su participación ha sido circunstancial, dependiente y funcional a los intereses de terceros.
Elegida por sumisión, no por visión
El gobierno de Rodrigo Chaves encontró en ella el perfil ideal: alguien que no cuestiona, que no piensa por cuenta propia y que, como si fuera poco, se deja moldear como una imagen de campaña más, con tanto Photoshop en sus fotos como falta de autenticidad en su discurso.
Lea también: Pilar Cisneros: la arquitecta del chavismo que promete un país de primer mundo
La relación con Pilar Cisneros, quien la impulsó desde Zapote, ahora entra en una fase incómoda. Laura Fernández se “le revela” a su mentora política y se le adelanta a la ección que iba a ser secreta, pero no porque tenga una visión distinta o propuestas novedosas, sino porque sueña con ser la heredera del mismo poder que la utilizó.
Una figura decorativa para un proyecto autoritario
La precandidatura de Laura Fernández dentro del partido Pueblo Soberano no representa un giro democrático, sino la continuación del autoritarismo maquillado, del caudillismo disfrazado de renovación. Es la fórmula que impulsa el chavismo tico: una figura dócil, vacía de contenido, puesta para seguir órdenes desde Zapote.
En Radio Zurqui, le recomendamos a doña Laura que deje de invertir tanto en retoques digitales y empiece a estudiar la Constitución, la institucionalidad y la ética política. Porque su imagen editada puede esconder arrugas, pero no tapa la mediocridad de su gestión.












