Por Nácar del Caribe*
Costa Rica, esa joya ecológica del mundo, ese edén verde que vende sostenibilidad en empaques de plástico de un solo uso. Aquí, donde el turismo se embelesa con los bosques y los ríos, y donde los mismos ríos devuelven las botellas y las bolsas con la fidelidad de un perro que regresa con el palo.
Generamos más de 1,6 millones de toneladas de residuos al año, y con una maestría digna de una tragicomedia, apenas reciclamos un 7%. El resto… bueno, el resto se esconde en rellenos sanitarios que, poco a poco, se transforman en montañas artificiales, monumentos a la negligencia, reservas de la desidia.
Mientras tanto, en otras latitudes, la basura se convierte en oro. En Houston, por ejemplo, han construido una planta de reciclaje que no solo separa y procesa los residuos con precisión quirúrgica, sino que los transforma en productos útiles: materiales para carreteras, plásticos reutilizados, energía. Pero aquí, en la tierra donde se inventó el pura vida, seguimos creyendo que enterrar el problema es lo mismo que solucionarlo.
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Y en medio de este caos de desechos y desidia, la ministra Mary Munive nos ilumina con su sabiduría: “Nadie quiere recibir la basura de otros lugares.” Claro, ministra, es que aquí lo que sobra no es solo basura, sino también excusas. Pero la solución es fácil: si tan cercanos son a Estados Unidos, si tanto lo mencionan como referente, entonces vayan, hablen con sus amigos del norte, hagan valer esa “amistad“. Porque allá en Houston ya resolvieron el problema, y nosotros, con siete plantas como esa—una por provincia—podríamos cambiarlo todo.
O será que la cercanía con EE.UU. es solo para las fotos, para las conferencias y para los discursos vacíos. ¿Para pedir ayuda en serio? No, mejor no. Mejor seguimos escondiendo la basura, como escondemos la incapacidad de resolver lo obvio.
A ver, señores del gobierno, saquen algo en limpio o, al menos, aprendan inglés, porque hasta la basura entendería que seguimos hundidos en el mismo basurero de siempre.
Ey… Y acá les dejo el link para que se ilustren un poco. El teléfono no es solo para teclear que callen a la prensa canalla. También sirve para investigar.
*Destilo de lo invisible la ironía y la perla, pues siempre esconden secretos.