¿Negociado en seguridad?
Chaves, la UEI y el negocio de la seguridad privada: ¿Quién autorizó este entrenamiento?
La Unidad Especial de Intervención (UEI), cuerpo policial bajo el mando directo del presidente Rodrigo Chaves, ha sido objeto de múltiples cuestionamientos por su rol más cercano al amedrentamiento de opositores que a la seguridad nacional. Ahora, un nuevo escándalo sacude sus filas: una empresa privada extranjera habría capacitado a sus agentes sin que exista, hasta el momento, un convenio formal aprobado por el máximo jerarca, como lo exige la ley.
Se trata de WSO Worldwide Security Options, la compañía liderada por el serbio-mexicano Iván Ivanovich, quien recientemente presumió en redes sociales su participación en la formación de la UEI. El contacto clave para este entrenamiento fue Jefrey Cerdas Lobo, jefe de la seguridad presidencial, otro personaje opaco cuya lealtad parece responder más a Chaves que a la institucionalidad del país.
Capacitación sin respaldo legal: ¿A qué intereses responde la UEI?
Para que cualquier organismo privado imparta entrenamiento a una unidad de seguridad del Estado, se requiere un convenio de donación, con cláusulas claras y la firma del máximo responsable del país. En este caso, el documento no ha sido publicado, lo que sugiere que el gobierno de Chaves autorizó la operación sin los requisitos mínimos de transparencia.
La capacitación a la UEI por parte de una empresa extranjera sin convenio firmado levanta dudas sobre su legalidad y el uso del Estado para intereses privados.
¿Por qué un gobierno que se jacta de combatir la corrupción oculta este tipo de convenios? ¿Se trata de una capacitación legítima o de una estrategia para fortalecer un cuerpo policial al servicio de la represión?
El peligro de una policía de lealtad privada
La UEI no es una fuerza cualquiera. Se trata de una unidad de élite con acceso a tecnología avanzada, armas y operaciones encubiertas, que en otros países han derivado en escuadrones de choque al servicio del poder. El hecho de que una empresa privada le brinde entrenamiento sin una autorización clara pone en duda su independencia y el respeto a la democracia costarricense.
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Peor aún, la empresa de Ivanovich ahora usa el nombre de Costa Rica para inflar su currículum y vender su capacitación a otras entidades. En otras palabras, el gobierno de Chaves regaló la reputación del país para beneficiar a una firma privada, sin que los costarricenses sepamos qué se negoció a cambio.
Jefrey Cerdas y el uso oscuro de la seguridad presidencial
El nexo de esta historia es Jefrey Cerdas Lobo, el hombre de confianza de Chaves en materia de seguridad y principal responsable de este escándalo. Cerdas, más que un jefe de protección, ha sido señalado como un operador de inteligencia encargado de seguir, amedrentar y hostigar a opositores bajo la excusa de la seguridad presidencial.
Si el entrenamiento de la UEI fue impulsado por él sin cumplir con las normativas establecidas, estamos ante un abuso de poder inaceptable. ¿Quién le otorgó la autoridad para decidir qué empresa puede capacitar a una unidad de seguridad del Estado sin transparencia?
Conclusión: ¿Hacia un aparato represivo?
La seguridad del Estado no puede estar sujeta a negociaciones privadas ni a lealtades personales, y la relación entre la UEI, Chaves y la empresa de Ivanovich debe ser esclarecida.
Costa Rica no puede permitir que su cuerpo de élite se convierta en un instrumento de persecución política, ni que se preste para negocios oscuros con empresas extranjeras.
La ciudadanía tiene derecho a exigir respuestas: ¿Dónde está el convenio de donación? ¿Quién lo firmó? ¿Qué beneficios obtuvo la empresa de Ivanovich a cambio?
