La Torre de la Mentira: Chaves se apropia de un proyecto que nació en otro gobierno

Chaves viste a su esposa con ropa ajena

El circo mediático del presidente intenta adjudicarse una obra iniciada por la administración Alvarado y financiada desde 2021

En una nueva entrega de su espectáculo semanal, el presidente Rodrigo Chaves volvió a hacer uso de la manipulación como herramienta de gobierno. Esta vez, intentó convencer al país de que la “Torre de la Esperanza”, emblemático proyecto de cuidados críticos del Hospital Nacional de Niños, se materializa gracias a su gestión y, más concretamente, al esfuerzo de la Primera Dama.

Pero basta con una simple búsqueda en la página oficial del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) para desmontar el show. El 9 de septiembre del 2021 —cuando Chaves aún ni siquiera aparecía en la boleta electoral— se anunció la adquisición de los primeros terrenos para esta torre, una iniciativa interinstitucional articulada durante el gobierno de Carlos Alvarado y Claudia Dobles, y ejecutada con fondos provenientes de FODESAF mediante la Ley 8783.

Lea nota de la pagina del PANI

La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ya había invertido más de 7.500 millones de colones en la compra de terrenos antes de que Chaves asumiera funciones. El fideicomiso entre la CCSS, el Banco Nacional y la Asociación Pro Hospital de Niños fue incluso refrendado por la Contraloría General de la República durante la administración anterior.

La “novedad” que Chaves presenta hoy como propia es, en realidad, un proyecto público de largo aliento, diseñado con visión, planificación técnica y ejecución progresiva desde el 2021. Es decir, otra cortina de humo para distraer del caos institucional que ha provocado en casi tres años de mandato.

Además, resulta indignante que un presidente que ha intentado asfixiar financieramente a la CCSS, atacar la independencia del Poder Judicial, y convertir la política en un circo populista, pretenda hoy posar como benefactor de la niñez costarricense. Más aún cuando su gestión se ha caracterizado por el desprecio sistemático al trabajo técnico y la mentira como línea de comunicación oficial.

La Torre de la Esperanza no es de Chaves, ni de su primera dama, ni de su espectáculo televisado. Es de Costa Rica. Es el resultado del trabajo conjunto de profesionales, instituciones responsables y una planificación que antepone el interés público sobre la demagogia barata.


 

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