Fin de Semana para el Olvido entre Abucheos y Descontento Popular

Abucheos y polémicas marcan el declive de Rodrigo Chaves

Choques con ganaderos, escoltas accidentados y una monumental abucheada en el FIA marcan el declive del presidente Chaves

Parece que el presidente Rodrigo Chaves no encontró respiro este fin de semana, enfrentando una tormenta de críticas que dejó al descubierto un creciente descontento ciudadano. Desde el campo hasta la capital, el mandatario vivió un verdadero viacrucis que pone en entredicho la popularidad de la que tanto presume.

En San Carlos, un dirigente ganadero se encargó de bajarle los humos a su gabinete, recordándoles que el gobierno llegó al poder gracias a los votos de las zonas rurales, mientras las áreas metropolitanas ignoraban el discurso populista de campaña. «Costa Rica necesita más gente como los ganaderos y menos burócratas«, les espetó, dejando claro el desencanto de quienes inicialmente confiaron en este gobierno.

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Casi al mismo tiempo, un humilde ganadero confrontó directamente al presidente, advirtiéndole sobre la posibilidad de desobediencia civil. La respuesta de Chaves fue digna de un guion de película: «A mí nadie me amenaza. En la calle nos vemos«, remató, con un tono desafiante que poco ayuda a calmar las aguas.

Por si fuera poco, un accidente protagonizado por sus escoltas encendió las redes sociales. Las imágenes del incidente llevaron a comparar su estilo de conducción con el de «dictadores africanos«, según los comentarios que inundaron Twitter y Facebook. Nada como exponer a los que arriesgan su vida por él para destacar su inigualable “liderazgo”.

Sin embargo, el clímax del descontento ocurrió durante la inauguración del Festival Internacional de las Artes (FIA). En plena Plaza de la Democracia, Chaves enfrentó una ola de abucheos mientras intentaba leer un discurso que ensalzaba los logros del expresidente José Figueres Ferrer, figura histórica del Partido Liberación Nacional. Entre gritos de «¡Renuncie!» y «¡Dictador!«, el presidente mostró su incomodidad con una sonrisa congelada y un silencio de cinco segundos que habló más que mil palabras.

El escenario es claro: el «despertar ciudadano» que tanto temen los políticos parece haber llegado. La recta final del gobierno de Chaves promete ser una montaña rusa de confrontaciones. Y esa popularidad con la que tanto se regocija, al parecer, comienza a desmoronarse como un castillo de naipes.

Sin duda, el populismo tiene su fecha de caducidad, y Chaves está cada vez más cerca de descubrirlo.

 

 

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