Ramos logró lo que Pilar Cisneros no pudo
El texto sustitutivo de Álvaro Ramos revive el proyecto de jornadas 4×3, con condiciones que inquietan al empresariado y desatan roces en Zapote
El proyecto de jornadas 4×3, impulsado inicialmente desde el Ejecutivo, ha vuelto a escena, pero con un giro inesperado que descoloca tanto al presidente Rodrigo Chaves como a su aliada Pilar Cisneros.
La versión sustitutiva planteada por el candidato liberacionista Álvaro Ramos terminó por conquistar el apoyo legislativo que Cisneros no pudo lograr, al sumar 42 votos favorables, incluidos la mayoría de los diputados liberacionistas, frente a los apenas seis que había podido amarrar Pilar para la dispensa de trámite.
¿Será cierto que esta maniobra de Ramos encendió la furia de Zapote? Versiones legislativas aseguran que Chaves no disimula el enojo, pues la propuesta de Ramos modificó de manera sustancial las reglas del juego para el sector privado, al introducir requisitos que el empresariado no esperaba y que, desde ya, generan un murmullo de resistencia en los pasillos corporativos.
El nuevo texto —optimizado políticamente por Ramos— establece que la implementación de la jornada 4×3 deberá ser votada en una asamblea de trabajadores y aprobada por al menos el 51% de la planilla, una figura que se asemeja peligrosamente a un sindicato dentro de la empresa. Además, se incluye un plus salarial para las personas trabajadoras:
- +17% sobre el salario mínimo por hora para jornadas diurnas o mixtas
- +25,5% para jornadas nocturnas
Pero las obligaciones no terminan ahí: los empleadores estarán obligados a garantizar transporte —en caso de no existir rutas públicas—, a proporcionar condiciones adecuadas de alimentación y, en acuerdo con los colaboradores, ofrecer servicios de cuido para menores o dependientes.
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Por si fuera poco, el texto de Ramos obliga a habilitar mecanismos de denuncia anónima para reportar irregularidades relacionadas con la jornada excepcional, generando un blindaje laboral que para muchos empresarios se asemeja a un campo minado regulatorio.
El resultado es un proyecto de jornadas 4×3 que, aunque avanzó gracias a una estrategia de diálogo y negociación encabezada por Álvaro Ramos, se distancia radicalmente de la visión de flexibilidad defendida por Pilar Cisneros y el propio Rodrigo Chaves.
En síntesis, Ramos logró —con letra pequeña y beneficios sociales— lo que la jefa de fracción oficialista no pudo: destrabar el trámite y dejar servida la mesa para una futura aprobación en el plenario.
La pregunta que ahora circula en los grupos empresariales es directa y punzante:
¿Realmente les conviene las jornadas 4×3 con tanto requisito?
Y la que retumba en Zapote:
¿Cómo digerirá Chaves este triunfo de Ramos, que en los hechos desinfla el liderazgo de Pilar?