Policía de Fronteras y SENASA intervienen vehículo procedente de Panamá con 10 gallos, cinco de ellos mutilados.
Decomiso de gallos de pelea en Paso Canoas evidencia lucha contra la crueldad animal
Paso Canoas, Corredores. En un operativo conjunto llevado a cabo en el Centro de Control Integrado de Paso Canoas, frontera sur, la Policía de Fronteras y el Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA) decomisaron 10 gallos de pelea que eran transportados en un vehículo procedente de Panamá. El hecho ocurrió la tarde del domingo, cuando un funcionario del Servicio Fitosanitario del Estado detectó la presencia de las aves durante una inspección rutinaria.
Al inspeccionar el vehículo, conducido por un costarricense de apellido Vargas y acompañado por otro hombre apellidado Badilla, las autoridades encontraron que cinco de los gallos presentaban evidentes signos de mutilación en sus crestas y recortes de plumajes en el pecho y los muslos, lo que sugiere su reciente participación en peleas.
Práctica ilegal y sancionada en Costa Rica
Las peleas de gallos están prohibidas en Costa Rica desde hace más de un siglo, consideradas un acto de crueldad animal y penadas bajo la Ley de Bienestar Animal. Dicha normativa establece severas multas para quienes promuevan, organicen o participen en estas actividades, reforzando el compromiso del país con la protección de los animales.
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Según el conductor, las aves habían sido adquiridas en Bugaba, provincia de Chiriquí, Panamá, y tenían como destino el cantón de Buenos Aires, Puntarenas. Sin embargo, las autoridades actuaron de inmediato, confiscando los animales con el apoyo de un representante de SENASA, quien confirmó las condiciones deplorables en las que se encontraban.
Cooperación regional en la frontera sur
Este decomiso refleja la importancia del trabajo coordinado entre las diferentes instituciones que operan en las fronteras costarricenses. La Policía de Fronteras y SENASA reiteraron su compromiso de seguir velando por el cumplimiento de las leyes nacionales, asegurando que actos como este no queden impunes y que se refuercen los controles para prevenir el tráfico de animales con fines ilícitos.
El caso servirá como precedente para futuras investigaciones, recordando que en Costa Rica no hay cabida para prácticas que atenten contra la vida y el bienestar animal.
