A pesar de fallido boicot de Johnny Araya
Tamaleada castillista destaca entusiasmo de las bases
La noche del 17 de diciembre, más de 150 dirigentes de barrios como Pavas, La Uruca, Hatillo, La Carpio, Merced, Moravia, Alajuelita y Guadalupe se congregaron en Las Tunas, cerca de la Municipalidad de San José, para participar en la “Tamaleada con Don Enrique”. La actividad, organizada como un encuentro con Enrique Castillo, precandidato liberacionista, marcó un hito en su camino hacia las elecciones internas del Partido Liberación Nacional (PLN).
El evento comenzó con un show de comedia, pero el verdadero interés de los asistentes estaba en escuchar a Castillo, quien el día anterior había formalizado su candidatura solicitando cita al Balcón Verde para Enero 24. La velada también contó con la destacada presentación de Antonio Solá, estratega político conocido como el “hacedor de presidentes”, quien liderará la campaña de Castillo.
En su intervención, Solá destacó: “Enrique quiere gobernar sin perder el partido”, frase que desató una ola de aplausos entre los asistentes. Por su parte, Castillo reafirmó su compromiso con el partido y el país, declarando: “Nací liberacionista y voy a morir liberacionista. Estoy aquí para servirles en recuperar el PLN y a Costa Rica”.
Intento de boicot por Johnny Araya
La actividad no estuvo exenta de controversia, ya que Johnny Araya, exalcalde de San José y excandidato presidencial, intentó boicotear el evento. Sin embargo, los dirigentes que en el pasado lo apoyaron dejaron claro su lealtad al PLN, asistiendo masivamente para respaldar a Castillo.
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Entusiasmo de las bases
La “Tamaleada” evidenció un cambio en la dinámica política del PLN, con una fuerte presencia de dirigentes de base y ciudadanos comunes. Sulay, una líder de La Uruca, señaló: “Para ser presidente, usted debe escuchar al pueblo”. Su declaración resonó entre los asistentes, quienes disfrutaron de tamales navideños mientras reafirmaban su apoyo a Castillo.
La ausencia de figuras tradicionales del partido dio paso a un ambiente auténtico y cercano, en el que los asistentes se llevaron no solo el cariño de Castillo, sino también la esperanza de un futuro mejor para el PLN y para Costa Rica.