Editorial
Mientras los números caen, el presidente arremete contra el humor popular en un intento de recuperar el control
Rodrigo Chaves pierde seguidores mientras las promesas incumplidas pesan
El desgobierno de Rodrigo Chaves enfrenta su momento más oscuro: la narrativa populista que tanto promovió parece desmoronarse. Cada vez más costarricenses abren los ojos ante una realidad evidente: Chaves no ha cumplido nada de lo que prometió.
La vida en Costa Rica sigue igual de cara, y la receta presidencial ha sido simple pero dañina: más impuestos, más carga para los ciudadanos. Esto, por supuesto, impulsado por su fiel fracción legislativa, los “títeres de Zapote,” quienes defienden con guion en mano lo indefendible en la Asamblea Legislativa.
Errores y señales obscenas: el estilo Chaves no conecta
En un intento por mantener relevancia, Chaves ha recurrido a su característico estilo polémico. Reto tras reto, como el reciente espectáculo de desafiar a los presidentes del Poder Judicial y Legislativo, no ha hecho más que incomodar a sectores importantes de la sociedad que exigen algo simple: “Póngase a trabajar y deje el show.”
Por si fuera poco, las ahora célebres señales obscenas que hace desde su podio cada miércoles no conectan precisamente con las “personas decentes” de este país. ¿La solución del gobierno? Que su escudera, Pilar Cisneros, salga a decir que esos gestos “conectan con el pueblo.” Quizá lo conecten… pero a la corriente equivocada.
El Chinamo: humor que pone en jaque a Zapote
En medio de este desorden, el humor del programa El Chinamo de Teletica ha logrado lo que las conferencias de prensa de Casa Presidencial no pueden: conectar con el verdadero pueblo. Sus sátiras sobre el desgobierno, la crisis de la CCSS, la inseguridad, la crisis económica y el desabastecimiento de agua han resonado más que cualquier promesa vacía.
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La respuesta de Chaves no tardó en llegar. En un ataque desesperado, ordenó retirar la pauta publicitaria de Kolbi y el Banco Popular al programa. Sin embargo, el resultado fue contraproducente: más de 1.5 millones de personas vieron las últimas emisiones de El Chinamo, superando con creces las cifras que el presidente alcanzó en ambas rondas electorales.
Números en picada: la realidad alcanza a Chaves
Las estadísticas no mienten. Mientras las transmisiones de los miércoles en Casa Presidencial apenas captan atención, las redes sociales rebosan de comentarios negativos hacia el mandatario. Cada error, cada rabieta y cada intento de censura solo aceleran su caída.
Rodrigo Chaves está desesperado, y Costa Rica lo sabe. Quizá sea hora de que entienda que gobernar no es un espectáculo y que los problemas del país no se resuelven con señales obscenas ni ataques a programas de humor. El pueblo ya no compra el show, y los números hablan por sí solos.