El Grinch que le robó la Navidad a Rodrigo Chaves

Luis Amador arruina la Navidad de Rodrigo Chaves

Con contundentes declaraciones, el exministro expuso los caprichos de Chaves y desató la furia de «Jefa de los duendes malvados«, Pilar Cisneros.

En una trama digna de un cuento navideño, el exministro Luis Amador, conocido en las redes sociales, por los duendes chavistas, como «El Grinch«, dejó el frío de Canadá para cumplir una misión muy clara: arruinar la Navidad del «Duende Mayor» Rodrigo Chaves. Durante su explosiva comparecencia ante la comisión legislativa que investiga la pista del Aeropuerto Daniel Oduber y la polémica adjudicación de Dekra, Amador dejó claro que en Zapote las cosas no se mueven sin el visto bueno de Chaves, que como un auténtico Anti-Santa no trae los regalos, sino que los exige.

Con una sonrisa simpaticona y tono implacable, el Grinch Amador disparó sin rodeos: «En el gabinete de Chaves la mayoría son títeres«. Y, por si fuera poco, sentenció que su salida como ministro fue el precio que pagó por no someterse a los caprichos del mandatario.

El caos llegó cuando el duende mayor, aterrado por lo que pasaba, no tuvo más que mandar a su Jefa de Duendes malvados, Pilar Cisneros, reconocida por su inquebrantable servilismo y lealtad casi caricaturesca al duende mayor, intentó tomar el protagonismo con su habitual estrategia: el caos aderezado con ataque moral.

Cisneros, quien según los presentes lucía aún apresurada tras un almuerzo en el mercado central, mirada airada y seño fruncido, lanzó acusaciones sin pruebas contra los otros diputados, insinuando una conspiración paranoica con Amador, Santa Claus, el Niño Jesús y los Tres Reyes Magos; pero nuestro Grinch, fiel a su misión de acabar con la navidad de los duendes malvados chavistas, no se dejó intimidar:

«No voy a responderle a sus preguntas, Doña Pilar… siga con su guion, que yo sigo con la verdad«, replicó Amador y sintió un golpe en su pecho, el corazón le había vuelto a latir, desde que la cercanía con el Duende Mayor, Chaves, se lo había congelado mientras Cisneros se desmoronaba caía desenmascarada frente a los diputados y las cámaras.

La intervención de Cisneros no fue más que un patético intento de salvar la narrativa oficial. Pero la señora Jefa de Duendes Malvados no contaba con que este Grinch ya no le temía. Mientras en Zapote intentan reparar los destrozos que dejó su testimonio, Amador ya preparada su regreso a la Aldea de los Quienes, según fuentes cercanas, disfrutando del frío y de su libertad lejos de los berrinches del Duende Mayor, no sin antes desear lo mejor al Chinamo y la a Señora de Purral.

Por su parte, Chaves, quien se esfuerza en ocultar que gobierna desde una mansión de un millón de dólares en Monterán, intenta recuperarse de lo que parece haber sido un golpe mortal a su imagen de «hombre del pueblo«.

El Grinch no solo le robó la Navidad al presidente Chaves, sino que dejó a Zapote sin villancicos y a Pilar Cisneros sin respuestas.

Colaboración de Rudolph para Radio Zurqui


Luis Amador, Chaves, El Grinch

 

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