Exige transparencia, pero guarda silencio sobre su vida personal.
El presidente exige transparencia en la vida privada de un funcionario, mientras ignora las preguntas sobre su propia historia personal.
En una nueva entrega del espectáculo conocido por la oposición como el “Circo de Zapote”, el presidente Rodrigo Chaves Robles dedicó su conferencia semanal a una peculiar cruzada moral: exigir a un funcionario de la CCSS que «se ahombre» y aclare públicamente una supuesta relación sentimental con otro funcionario.
En una escena que parecía más propia de un programa de chismes que de una rueda de prensa presidencial, Chaves utilizó un tono prepotente y dictatorial para ventilar asuntos personales de terceros. Este tipo de comportamiento levanta serias dudas sobre su respeto hacia los principios democráticos y la privacidad individual, valores fundamentales de Costa Rica.
Sin embargo, esta vez el ataque frontal de Chaves tuvo un efecto boomerang. Las redes sociales, que usualmente son su bastión de apoyo, se llenaron de cuestionamientos hacia el mandatario, particularmente sobre rumores que circulan desde hace tiempo. Según estos rumores, el presidente tendría una hija fuera del matrimonio llamada Alicia, quien, curiosamente, lleva el nombre de su difunta madre.
Usuarios en redes sociales exigen que el presidente siga su propio consejo: «que se ahombre» y aclare si la menor es su hija. Si esto es cierto, le piden que cumpla con sus responsabilidades legales y morales, otorgando los apellidos y la pensión alimenticia que cualquier menor merece.
Además, según estas versiones, la madre de la niña, Silvia Aymerich Coto, habría recibido escoltas presidenciales, y su exesposo habría sido acosado por la policía de Casa Presidencial. Esto supuestamente con el objetivo de atribuirle responsabilidades económicas que, según los rumores, corresponderían al propio presidente.
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Las redes sociales no han tenido piedad con Chaves, y los comentarios muestran un creciente descontento popular:
- «Rodrigo tiene parejas en su gabinete y exige moralidad a los demás.»
- «Alicia se llama la hija que tuvo con una mujer casada. Asco da escuchar a Chaves, parece una vieja chismosa.»
- «Si le gusta ventilar la vida privada de otros, nosotros ventilamos la suya.»
Ante este panorama, queda claro que el presidente enfrenta una crisis de credibilidad. Mientras exige transparencia y rectitud a los demás, guarda silencio sobre los rumores que le señalan directamente. Quizás sea momento de que Rodrigo Chaves aplique su propio estándar y, en lugar de escudarse tras discursos mediáticos, rinda cuentas como lo que se espera de un líder: con hechos, no palabras.
Costa Rica, un país que se precia de su democracia y justicia, espera respuestas claras y acciones responsables de quien ocupa la silla presidencial. Si Chaves desea ser recordado como algo más que el «payaso de Zapote«, tendrá que empezar a responder las preguntas incómodas.
