Informe revela fallas graves en el cobro de impuestos y deja al descubierto una gestión tributaria sin estrategia ni resultados.
La Contraloría General de la República (CGR) vuelve a hacer su trabajo: fiscalizar. En un informe demoledor, el órgano contralor pone en evidencia la desidia, la falta de planificación y el descontrol administrativo que reina en la Dirección General de Tributación (DGT), mientras la administración de Rodrigo Chaves se dedica más a las cortinas de humo que a recaudar con eficiencia y justicia.
El estudio —difundido como boletín de prensa oficial— evalúa la gestión de cobro de impuestos por parte del Ministerio de Hacienda, señalando deficiencias alarmantes en las etapas de planificación, ejecución y evaluación del cobro. Las fallas no son menores: afectan directamente la recuperación de recursos públicos, el equilibrio fiscal y la equidad del sistema tributario.
Fallos estructurales en Tributación
El informe detalla que la DGT no cuenta con un plan estratégico actualizado, siendo el último correspondiente al periodo 2019–2023. Esto implica que desde hace más de un año la recaudación de impuestos en Costa Rica se gestiona sin una hoja de ruta clara.
Además, se identificaron 74.531 declaraciones rectificadas sin verificación alguna, lo que puede esconder evasión fiscal, errores administrativos o incluso delitos tributarios que han quedado sin investigar.
Expedientes abandonados y metas ignoradas
Uno de los hallazgos más escandalosos: 102 expedientes revisados no contenían evidencia de gestión de cobro, ni siquiera una llamada, una carta, una acción mínima.
Y de 11 administraciones tributarias, solo tres revisaron el cumplimiento de metas al cierre de 2023. En 2024, ninguna lo hizo. El abandono institucional es total.
Diferencias millonarias: ¿Dónde está la plata?
La CGR detectó diferencias graves entre los datos reportados por la DGT:
- ₡2.318 millones en 2023
- ₡2.797 millones en 2024
Estas cifras no cuadran con los reportes oficiales, lo que sugiere imprecisión contable y falta de control interno. Para un gobierno que dice luchar contra la evasión, estas omisiones son una bofetada a la transparencia.
La CGR asume el rol que Zapote abandona
Este informe no solo denuncia, también deja en evidencia que la CGR cumple con su función constitucional de control y fiscalización, mientras el Ejecutivo prefiere distraer a la opinión pública con discursos populistas y confrontativos.
Rodrigo Chaves y su equipo económico no pueden seguir culpando al pasado ni a la prensa: la incapacidad para cobrar impuestos es ahora responsabilidad exclusiva de esta administración.











