“Pónganse a trabajar y dejen de robar”
Presidente menosprecia la realidad de miles de familias del sur y se niega a apoyar proyecto vital para la economía regional.
Durante el show semanal de este miércoles, el presidente Rodrigo Chaves volvió a demostrar su desprecio hacia las regiones más necesitadas del país al referirse con tono ofensivo y generalizador a los beneficiarios del Depósito Libre de Golfito, un motor económico vital para el desarrollo del sur de Costa Rica.
Ante la consulta del periodista Danilo Chaves, del medio La Reacción, sobre el proyecto de ley que busca extender las concesiones de los locales comerciales en dicho depósito, el mandatario respondió de forma despectiva: “Pónganse a trabajar y dejen de robar”. Esta frase, lejos de ser una respuesta técnica o fundamentada, desata una fuerte polémica al calificar implícitamente de delincuentes a quienes dependen de este modelo para subsistir.
Las palabras del presidente Rodrigo Chaves se dirigen directamente contra cientos de pequeños comerciantes, trabajadores y familias que, a través del Depósito Libre de Golfito, mantienen con vida una economía local que alimenta a seis cantones: Golfito, Corredores, Coto Brus, Osa, Buenos Aires y Puerto Jiménez. Muchos de estos ingresos permiten que JUDESUR, entidad clave en la región, financie becas estudiantiles y proyectos sociales.
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El periodista señaló con claridad que la no convocatoria de este proyecto por parte del Ejecutivo representa un duro golpe para la economía de la zona sur. La respuesta del presidente fue doblemente ofensiva, no solo por el tono, sino por su amenaza de vetar el proyecto si la Asamblea Legislativa lo aprueba.
“Dejando de robar es como se genera empleo”, dijo Chaves, olvidando –o ignorando deliberadamente– que muchas de estas familias trabajan dignamente en condiciones adversas para llevar comida a sus mesas. ¿Acaso el presidente considera a todo el sur del país como una región de ladrones?
Estas declaraciones desnudan, una vez más, la visión centralista y clasista de una administración que demoniza al pueblo trabajador, mientras protege los intereses de élites económicas y grupos de poder. Los ciudadanos de la zona sur están en todo su derecho de exigir respeto, oportunidades y políticas públicas serias, no insultos disfrazados de populismo autoritario.