Cercano al legado de Francisco, el cardenal maltés se perfila como figura clave en el Cónclave
Roma – Mario Grech, cardenal de Malta y actual secretario general del Sínodo de los Obispos, ha sido anunciado como el primer candidato oficial a Papa en el marco de las congregaciones previas al Cónclave. Con 68 años y una destacada trayectoria dentro de la Iglesia Católica, Grech se perfila como un firme continuador del legado reformista de Francisco, combinando experiencia pastoral con una visión moderna e inclusiva.
Desde su nombramiento como obispo de Gozo en 2005 y su posterior ascenso a cardenal en 2020, Mario Grech ha jugado un papel central en la renovación eclesial impulsada por el Papa Francisco, especialmente desde su posición en el Sínodo, donde ha promovido la sinodalidad, el diálogo intereclesial y la apertura a temas sensibles como la inclusión de mujeres y laicos en procesos decisionales.
Nacido en Qala, Malta, el 20 de febrero de 1957, Grech cuenta con una sólida formación en Derecho Canónico, estudios realizados en la Pontificia Universidad Lateranense y en la Universidad de Santo Tomás de Aquino. Esta base jurídica y pastoral le ha permitido moverse con destreza entre la tradición y las reformas estructurales que la Iglesia ha enfrentado en la última década.
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Analistas vaticanos coinciden en que Mario Grech representa un perfil de consenso dentro del Colegio Cardenalicio, capaz de tender puentes entre los sectores más conservadores y los más progresistas. Su liderazgo en el proceso sinodal ha sido valorado como una demostración de equilibrio, firmeza doctrinal y sensibilidad pastoral.
El hecho de que su nombre surja como el primer candidato oficial al papado evidencia el peso específico que ha adquirido dentro de las dinámicas internas del Vaticano. Su posible elección como Sumo Pontífice marcaría la continuidad de la línea pastoral y social del Papa Francisco, con un acento renovado en la escucha activa y la descentralización del poder eclesiástico.
