Ante cuestionamientos a su ética Sale corriendo del Balcón Verde

En una sesión digna de ser transmitida como telenovela, el directorio del Partido Liberación Nacional (PLN) se convirtió en el escenario de un drama político de proporciones épicas. Johnny Araya llevó al tapete un cuestionamiento ético sobre Miguel Guillén, quien no tuvo más opción que salir corriendo de la sesión ante los ataques fundados en la «ética» que recibió el flamante secretario general del partido.

Aquí está el expediente completo del Caso Guillen 

Mientras tanto, la Juventud Liberacionista, cansada de ser parte del juego de marionetas, exigió al partido dejar de entrometerse en sus asuntos internos. ¡Bravo por la autonomía juvenil! Se aprueba una moción para que las autoridades partidarias apoyen la asamblea nacional de juventud, pero con la firme condición de no intervenir. ¡Al fin un poco de cordura!

Pero ¿Qué hay del desastre municipal? ¡Ah, eso no importa! Una vez más, el PLN hace gala de su habilidad para esquivar temas incómodos como el gato que evita el agua.

La derrota humillante en las elecciones municipales es como el elefante en la habitación: todos lo ven, pero nadie se atreve a mencionarlo.

Antonio Álvarez propone una encerrona de autoridades partidarias para definir el futuro del partido. ¿Acaso será esta la solución a los problemas internos? O más bien ¿otra cortina de humo para desviar la atención de lo que realmente importa?, ¿aún no entienden estos dioses del Olimpo que tanto a lo interno como a lo externo del partido no se les quiere?

En resumen, el circo del PLN sigue su curso. Mientras tanto, la ética, la transparencia y el informe de la gran pérdida municipal siguen siendo meros espectadores olvidados en este teatro de absurdos políticos, choque de egos y luchas de intereses personales.