Los «Chavistas»: Hipocresía en la Nueva Era Política Costarricense

En un país donde la política parece más un juego de intereses oscuros que una búsqueda genuina de progreso, los seguidores del presidente Rodrigo Chaves, conocidos como «Chavistas«, destacan por su habilidad para mantener la farsa con una sonrisa cínica en el rostro.

¿Quiénes son estos fieles seguidores del presidente? Bueno, algunos de ellos tienen nombres tan conocidos como Robert Jr o Marvin Rojas, quienes, según los registros de la comisión legislativa del Sinart, parecen tener una fuente bastante lucrativa de ingresos: la casa Presidencial. Sí, así como lo oyes, parece que el dinero fluye para aquellos que alaban al gobierno y a Chaves, mientras apuñalan por la espalda a aquellos que se atreven a cuestionar esta gestión, que algunos califican como el «peor gobierno de la historia de Costa Rica».

Pero también hay otros como Alexis Salas quien fue detenido por el OIJ por amenazas a magistrados de la Sala IV o Yendry Quirós que fue denunciada penalmente por el diputado Ariel Robles por amenazas de muerte. También se puede mencionar a otros de un rango más bajo, si, se puede ser más bajo que eso, por ejemplo, Marvin Jiménez Arias o Guillermo Carvajal que es señalado en un reporte del COLPER como parte de los grupos que promueven odio hacia periodistas y comunicadores que no le aplauden al Lord De Monterán. 

En ese grupo de tontos útiles nos encontramos con perfiles de una licenciada pensionada de Tibás de nombre Marielos y otras adultas mayores como una tal Irene y muchos otros perfiles sin un nombre real.

Pero ¿Qué tal si hablamos de los orígenes del gran líder Chaves? Oh, sí, el mismísimo Chaves fue «sancionado» en el Banco Mundial por su «conducta impropia«. Vaya manera elegante de decir «acosador sexual». Según los informes oficiales del Banco Mundial, Chaves tuvo propuestas bastante inapropiadas, como sugerir orgías con animales a mujeres. ¿Su respuesta? Oh, solo un «chiste a lo tico«, ¡qué simpático!

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Aquí no termina la hipocresía de estos «Chavistas«. No contentos con recibir su tajada del pastel, utilizan a personas menos afortunadas, con menos recursos y educación, para propagar sus mentiras y difamaciones como si fueran verdades absolutas. ¿Y qué hacer si alguien se atreve a cuestionarlos? Bueno, simplemente le llaman pedófilo o sátiro. ¿Quién necesita argumentos cuando se puede recurrir a la difamación, verdad?

Lo más irónico es que aquellos que replican estas acusaciones sin siquiera cuestionar su veracidad son, en su mayoría, parte del mismo grupo: personas sin educación, de bajos recursos y escasa instrucción. Son los típicos «tontos útiles» que sirven de carne de cañón para los intereses oscuros del gobierno.

Pero no nos detenemos ahí. Los «Chavistas» están tan ciegos en su devoción por el líder que justificarían cualquier cosa que él haga, incluso si se trata de las mismas artimañas que criticaban en otros partidos como el PLN o el PUSC. La doble moral es su pan de cada día.

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Así que mientras los «Chavistas» sigan bailando al ritmo de la hipocresía, el país seguirá siendo un circo donde la verdad es solo una sombra en la pared. Pero ¿quién necesita la verdad cuando se tiene una buena dosis de cinismo y una cuenta bancaria llena?