Entre fiestas, acoso laboral y favores políticos
El exministro de Comunicación y actual jerarca de Cultura, Jorge Rodríguez Vives, sigue acumulando cuestionamientos, consolidando su imagen como uno de los operadores más turbios del gobierno de Rodrigo Chaves. Su historial de maniobras y escándalos no deja de crecer, esta vez salpicado por denuncias de acoso laboral, malos tratos, y su rol como intermediario en las exclusivas fiestas del poder.
Censura y prepotencia en Cultura
En su más reciente movida, Rodríguez anuló el Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez, que debía reconocer trabajos de La Nación y 7 Días sobre irregularidades en el Refugio Gandoca-Manzanillo y problemas de acceso al agua. Esta decisión, arbitraria y sin precedentes, se suma a las acusaciones de gritos, humillaciones y maltrato a su equipo, según informó el medio CulturaCR.
Fuentes internas describen a Rodríguez como un autoritario iracundo, incapaz de sostener una relación profesional sin recurrir a gritos y amenazas. La reciente renuncia de la viceministra de Cultura, Vera Beatriz Vargas, encendió alarmas sobre serias disputas y un ambiente laboral tóxico dentro del ministerio.
El operador de las fiestas en propiedades de Pacheco Dent
Pero Rodríguez no solo es conocido por su temperamento violento. También se le recuerda por su rol clave en la organización de las fiestas privadas de la élite chavista. Como ministro de Comunicación, fue él quien coordinó reuniones en la finca de Pacheco Dent, empresario ligado a tala ilegal en Gandoca-Manzanillo y cuya relación con el presidente Rodrigo Chaves ha sido ampliamente cuestionada.
En chats internos del gobierno, Rodríguez envió un mensaje claro sobre uno de estos eventos:
“Para el próximo sábado 15 de octubre, el presidente quisiera que organicemos un convivio, algo social. Serían jerarcas y sus parejas solamente. Estamos terminando la negociación con la finca donde lo haríamos. Es una fiesta bailable, hay polígono para los que quieran ir a disparar.”
Estas declaraciones revelan su papel como anfitrión de los excesos del gobierno y refuerzan los vínculos del chavismo con empresarios de dudosa reputación.

Un camaleón político con antecedentes oscuros
La historia de Jorge Rodríguez no es nueva. Ha servido a todos los colores políticos sin ruborizarse, iniciando su carrera en el Liberación Nacional de Óscar Arias, para luego saltar al PAC con Luis Guillermo Solís y Carlos Alvarado, hasta encontrar refugio en el chavismo.
Su reputación de abusador de poder y acosador tampoco es reciente. Fuentes de Zapote aseguran que su historial de gritos e intimidaciones viene desde la Casa Presidencial, donde incluso habría maltratado a la directora de Recursos Humanos y a varios ministros.
Escándalos personales y encubrimiento en Zapote
Una fuente de confianza de Radio Zurqui reveló un escándalo aún más grave: Rodríguez habría sido captado en video en un encuentro sexual con un menor de edad durante una gira presidencial en Quepos. Su entonces pareja, un periodista de Multimedios, habría terminado la relación tras el incidente.
Según esta fuente, Rodrigo Chaves se enteró del video y mostró su molestia, pero no pudo remover a Rodríguez completamente del gobierno, pues sabe demasiado sobre los secretos de Zapote. Como solución, lo envió al Ministerio de Cultura, una cartera con poca relevancia política, pero que ahora se ha convertido en un hervidero de conflictos y abusos.
Un operador de oficio, sin escrúpulos ni lealtades
Si hay algo que ha definido la carrera de Jorge Rodríguez Vives, es su capacidad de acomodarse con el poder de turno. Hoy, desde Cultura, sigue ejecutando las órdenes del chavismo con el mismo cinismo con el que antes sirvió a Arias, Solís y Alvarado.
Lo que es claro es que su historial de fiestas, censura, acoso y escándalos no lo hace apto para liderar una institución pública. Sin embargo, en este gobierno la meritocracia ha sido sustituida por la impunidad.