Gilbert Jiménez: Crónica de una traición anunciada

Del PLN al servicio del oficialismo con robo incluido

Renunció al partido que le dio todo, pero no sin antes robarle la presidencia de comisión a su compañera de fracción.

Con la renuncia de Gilbert Jiménez al Partido Liberación Nacional (PLN) este lunes, se cierra —o más bien se confirma— uno de los capítulos más bochornosos y calculados de la política reciente. El diputado renunció al partido que lo llevó a la alcaldía de Desamparados, al Congreso y hasta le dio trabajo en la Comisión Nacional de Emergencias, pero no sin antes asegurarse una cuota de poder que ahora podría poner al servicio del chavismo.

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La traición de Gilbert Jiménez al PLN no es ningún secreto: lo advirtieron en la fracción, lo publicamos en Radio Zurqui y lo confirmó él mismo, con cada paso dado tras perder la convención interna el pasado 6 de abril. Desde entonces, se dedicó a dinamitar su propio partido desde adentro.

Un historial que no se lava con tinta

Antes de postularse como precandidato, Jiménez acumulaba investigaciones y hasta una condenatoria de la Contraloría General, que le ordenó devolver dinero mal manejado. Bajo su gestión como alcalde de Desamparados, se otorgó un contrato a Datasys, empresa que mintió en una declaración jurada y era deudora de la municipalidad. Por pura coincidencia —diría él—, su hijo trabajaba para esa firma y hasta estuvo vinculado con la muerte accidental de una niña mientras fue funcionario de la CNE.

Pero no todo se reduce a contratos dudosos: durante la campaña interna, Gilbert se alió con medios oficialistas y participó en actividades con trolls chavistas, donde los ataques al PLN eran moneda común. El día de las elecciones, protagonizó un penoso espectáculo al insultar en vivo al expresidente Óscar Arias cuando este llegaba a votar. Un comportamiento digno del “nuevo liderazgo” que algunos pretenden imponer.

El golpe final a su fracción

Como si no bastara con la cadena de desplantes, la estocada llegó con la Comisión de Seguridad y Narcotráfico. La fracción del PLN ya había acordado que Alejandra Larios presidiría ese foro. Pero Jiménez, con la traición bajo la manga, esperó pacientemente, sabiendo que si se declaraba independiente no podría presidir ninguna comisión. Fingió pertenecer a la fracción y cuando llegó el momento, negoció con el oficialismo y se robó la presidencia.

Y apenas consumado el atraco, renunció al partido. Lo que no pudo hacer por las urnas, lo logró por la espalda. Ya con el cargo asegurado, ahora sí se declara “independiente”, aunque su línea de votos ha dejado claro hace meses quién le dicta la agenda.


 

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