Pilar Cisneros: entre Fujimori y Nostradamus

Opinión | Claudio Alpízar

Claudio Alpízar analiza con ironía las contradicciones, delirios autoritarios y profecías fallidas de la diputada oficialista.

Cuando escucho a Pilar Cisneros hablar de 45 diputados chavistas en la próxima Asamblea Legislativa, tengo una sensación que va entre reír por las tonterías que dice con frecuencia y sorprenderme por su alto nivel de ignorancia. Ignorancia que muestra un día y otro también sobre cómo funciona el sistema de elección de diputados por cociente, subcociente y residuo.

Como diputada ha demostrado que no conoce prácticamente nada de nada, ni proyectos tiene. Sin la ayuda del teleprónter igual que cuando fue periodista— no saca la tarea de sus discursos y exposiciones en el parlamento. Ahora, sí hay que reconocerle que es buena para arengar a la gente disconforme y así generar más rabia y menos racionalidad en el debate.

La fracción legislativa más grande de la historia la logró en 1982 Luis Alberto Monge, con 33 diputados; le favoreció para ese número el disgusto con la crisis del gobierno de Rodrigo Carazo y el bipartidismo. Hoy, con más partidos políticos, es un sueño de “fentanilo” del Poder Ejecutivo cuando hablan de 45 diputados.

Ahora bien, viendo los 8 diputados actuales del chavismo —algunos ilustres desconocidos después de 3 años de ser diputados, y otros que ni la voz les conocemos— imagine usted la calidad de candidatos que pueden presentar en sus listas para el 2026.

Pero más PATÉTICA la diputada Cisneros cuando dice en una entrevista radial que “no podemos permitir que la institucionalidad siga gobernando”. Se le salió de nuevo el FUJIMORI QUE SIEMPRE LLEVA DENTRO. Si no fuese porque tenemos un sólido sistema democrático —admirado en el mundo— ella y Chaves harían las de Alberto Fujimori en Perú: disolver el Congreso para poner a sus “yes men y yes women”.

No puedo olvidar cuando, con frecuencia, acudía a mi programa de televisión Noche sin Tregua; en uno de ellos se definía como socialista y apoyaba a José María Villalta y al Frente Amplio. Hoy los odia. Tampoco olvido cuando, en otro, decía que la tenía muy contenta la Contraloría General de la República y Marta Acosta. Hoy las odia. O cuando nos advertía del peligro de que llegara al gobierno “un populista, un Chaves”. Hoy ama que llegó. De verdad que fue toda una NOSTRADAMUS en esta última predicción.


 

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