El alarmante declive durante la administración Chaves
El crecimiento de los gastos y la deuda pública bajo la gestión de Chaves pone en peligro la estabilidad fiscal del país.
A dos años de la administración del Presidente Rodrigo Chaves, el panorama de las finanzas públicas de Costa Rica se presenta cada vez más incierto y alarmante. Tras los esfuerzos de la administración anterior para mitigar la crisis fiscal de 2018, los recientes resultados en términos de ingresos y gastos del gobierno muestran un desajuste preocupante que podría regresar al país a la temida crisis económica.
Entre diciembre de 2022 y diciembre de 2024, los ingresos totales del gobierno crecieron solo un 0.9%, mientras que los gastos aumentaron de forma desproporcionada en un 9.5%. Este desajuste ha generado un incremento de 806 mil millones de colones en los gastos, mientras que los ingresos apenas aumentaron en 69 mil millones de colones. En términos prácticos, por cada colón que se suma a los ingresos, el gobierno gasta 12 veces más, lo que pone en peligro la estabilidad fiscal y podría desencadenar un incumplimiento de las obligaciones del Estado.
El aumento de los gastos corrientes es el principal impulsor de este desequilibrio, representando el 83% del crecimiento total de los gastos. Un porcentaje significativo de estos gastos se destina al pago de intereses de la deuda, lo que pone en entredicho la eficiencia de las emisiones de eurobonos. Además, el presidente Chaves ha comprometido un aumento retroactivo en la base salarial de los empleados públicos, lo que contribuye al aumento de los gastos.
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A pesar de algunos esfuerzos por invertir en infraestructura, el gasto en capital sigue siendo insuficiente, con solo un 38% de los recursos dirigidos a inversiones públicas. El balance primario superavitario, un legado de la legislación anterior, ha sufrido una drástica disminución de un 2.1% del PIB en 2022 a un 1.1% en 2024.
Por otro lado, la deuda pública sigue creciendo de forma alarmante. En 2024, la deuda alcanzará los 57.4 mil millones de dólares, un aumento del 36% en comparación con 2022. Este aumento se debe, en gran parte, al crecimiento de la deuda ajustada por efectos cambiarios, lo que resalta la falta de avances en el proceso de amortización de la deuda.
Con estos indicadores, surge una pregunta crucial: ¿está el gobierno realmente tomando decisiones fiscales responsables, o está simplemente manejando una cortina de humo mientras desperdicia recursos? La sociedad costarricense merece claridad y transparencia en la gestión de las finanzas públicas, con acciones concretas que aseguren la sostenibilidad fiscal a largo plazo.
El futuro económico del país depende de una administración fiscal comprometida y capaz de tomar medidas correctivas urgentes para evitar una nueva crisis fiscal que frene el desarrollo nacional.
RESULTADOS DE LAS FINANZAS PÚBLICAS1