Más de la mitad de los costarricenses temen expresarse libremente bajo el gobierno de Chaves.
La libertad de expresión, uno de los pilares fundamentales de toda democracia, enfrenta una grave amenaza en Costa Rica bajo el gobierno de Rodrigo Chaves. De acuerdo con la encuesta “Percepción de la población costarricense sobre la labor del gobierno y la política nacional, 2025”, elaborada por el IDESPO-UNA, más de la mitad de la ciudadanía reconoce tener miedo a manifestar sus opiniones políticas.
El Gráfico 16 revela que solo el 32,6% de la población encuestada se atreve a expresar siempre lo que piensa sobre política, mientras que un alarmante 56,3% reconoce que no siempre dice lo que piensa. Este dato evidencia el creciente clima de temor sembrado deliberadamente por una administración que prefiere el silencio a la crítica.
El Gráfico 17 profundiza aún más esta preocupante realidad: el 48,1% de los costarricenses considera que manifestar sus opiniones públicamente podría traerles consecuencias negativas. Aunque el 51,9% sostiene que no habría represalias, la simple existencia de esta división ilustra un país donde la autocensura se impone al debate libre y abierto.
En una democracia verdadera, no debe existir temor ciudadano para expresar opiniones políticas. El hecho de que en Costa Rica, bajo el gobierno de Chaves, la gente tema opinar demuestra una profunda erosión de las libertades fundamentales. La siembra del terror, disfrazada de gobernabilidad, refleja la estrategia de un régimen que, incapaz de tolerar la crítica, prefiere gobernar entre gritos y amedrentamiento.
La encuesta de IDESPO-UNA deja al descubierto la hipocresía de una administración que, mientras se llena la boca hablando de “democracia”, tolera —y promueve— un ambiente en el que callar es sinónimo de sobrevivir.
Costa Rica merece un gobierno que respete la voz de su pueblo, no un régimen que, como el de Rodrigo Chaves, prefiere el eco del miedo a la fuerza de la palabra libre.