¿Realidad o pura fantasía?
El presidente termina el año con una cadena nacional repleta de promesas, pero sin resultados concretos que las respalden
En su última cadena nacional, el presidente Rodrigo Chaves se presentó como un maestro del arte de prometer, al estilo de un esposo arrepentido después de una larga noche de excesos. Con una puesta en escena teatral, el video de cinco minutos estuvo cargado de frases populistas, cifras cuestionables y, sobre todo, una avalancha de promesas que parecen más un acto de fe que un plan de gobierno.
El espectáculo comenzó con un banner que anunciaba: “¡VENIMOS CON TODO ESTE 2025!”. Sentado tras un escritorio, simulando escribir algo profundo, Chaves lanzó su primera frase: “Hay tantísimo pero tantísimo por hacer…”, y con un golpe en la mesa, aparecieron en pantalla las palabras “infraestructura”, “desarrollo”, “seguridad” y “educación”, acompañadas de testimonios cuidadosamente seleccionados de ciudadanos humildes.
Entre las promesas destacaron:
- «Torres de la Esperanza»: Una supuesta obra que revolucionará la atención pediátrica, presentada sin detalles claros de su avance.
- El hospital de Limón: Anunciado como un milagro, pero aún sin una sola piedra colocada.
- Infraestructura en Guanacaste: Desde la terminal pesquera de Cuajiniquil hasta embarcaderos turísticos en la Isla San Lucas e Isla Tortuga, todo sigue en etapa de papel.
- Proyectos de agua y saneamiento: “Agua para la Bajura” y 225 kilómetros de canales prometidos, pero con antecedentes que dejan en duda su ejecución.
La lista continúa con más hospitales, escáneres en fronteras, 175 nuevos centros educativos y el programa “Bachillerato para la empleabilidad”, con el que asegura graduar a 9,000 bachilleres. Todo envuelto en la narrativa de un país que, según Chaves, está mejor que nunca. Sin embargo, dos años y medio de gestión no han mostrado avances tangibles en la mayoría de estas áreas.
La cadena terminó con un jaguar gruñendo en medio del agua, como símbolo de la Costa Rica que Chaves dice representar. Pero, para muchos, el verdadero rugido proviene de las dudas que estas promesas generan. Del dicho al hecho, con este gobierno, parece haber un abismo.
