Inocentes tras las rejas: el impacto del régimen de Bukele
El régimen de Nayib Bukele facilita venganzas personales y erosiona la confianza comunitaria
El Salvador vive una realidad inquietante bajo el régimen de excepción instaurado por Nayib Bukele. Lo que se presentó como una herramienta para combatir a las pandillas ha derivado en un sistema que fomenta la desconfianza social y permite el abuso mediante denuncias anónimas.
Desde 2022, una línea telefónica habilitada para reportar a presuntos colaboradores de pandillas ha sido utilizada por ciudadanos para saldar vendettas personales, enviando a inocentes a prisión. Según informes de organizaciones de derechos humanos, muchas de estas denuncias carecen de pruebas sólidas, pero son suficientes para justificar arrestos masivos, especialmente en comunidades pobres.
El impacto es devastador: familias rotas, jóvenes inocentes encarcelados y un tejido social cada vez más fragmentado. «No puedes defenderte, porque si lo intentas, es motivo para que te lleven también«, relata una mujer cuyo familiar fue detenido sin justificación.
La justicia, en este contexto, se ha transformado. La presunción de inocencia parece haber sido sustituida por la necesidad de demostrar que no se es culpable, mientras que la policía actúa como juez y verdugo en las calles. «Es el regreso de un sistema autoritario que revive los temores de la guerra civil«, señalan expertos.
El régimen no alcanza a las colonias adineradas, donde las garantías legales aún protegen a sus habitantes, pero devora a los más vulnerables: los pobres. A pesar de que el gobierno ha reconocido la liberación de 6,000 detenidos injustamente, todavía quedan 14,000 personas privadas de libertad sin evidencia de vínculos con pandillas.
Mientras el gobierno celebra la disminución de la violencia pandillera, la desconfianza se ha instalado en las comunidades. En El Salvador de Bukele, el verdadero terror no son las maras, sino un sistema que castiga sin pruebas y que ha transformado a los ciudadanos en sus propios enemigos.