Ada Acuña: la diputada del teatro que nos cuesta millones y no resuelve nada

El legado vacío de Ada Acuña: millones gastados y cero impacto real

A 290 días de dejar su curul, el legado de la diputada chavista se resume en benemeritazgos, giras fantasmas y una desconexión absoluta con la realidad del país.

La diputada Ada Acuña, electa por la provincia de Heredia bajo la bandera del oficialista Partido Progreso Social Democrático, pasará a la historia como una de las legisladoras más irrelevantes y desconectadas de la realidad nacional.

A tan solo 290 días del cierre de la actual legislatura, su paso por la Asamblea Legislativa evidencia la cruda ineficiencia del chavismo parlamentario: mucho gasto, poca sustancia, y nula respuesta a las verdaderas necesidades del país.

Con formación en Artes Dramáticas y certificaciones en gestión del espectáculo, Ada parecía destinada al escenario… pero eligió el congreso como su tarima. Desde allí, ha actuado más que legislado, con un historial que refleja ineptitud maquillada de gestión. Con una asistencia del 93.7% y participación del 82.5% en votaciones, su aporte real a los temas urgentes de seguridad, educación y reactivación económica ha sido simplemente inexistente.

Gasto millonario en gasolina y giras sin resultados

Uno de los aspectos más escandalosos de su gestión es el desproporcionado gasto público a nombre de su “trabajo”. Aunque reside en Santo Domingo de Heredia, Ada ha facturado ₡4.934.146,00 solo en gasolina y ha recorrido 32.767 km en vehículos de la Asamblea Legislativa, incurriendo en ₡265.259,00 adicionales. Todo esto sin que se conozcan los beneficios concretos de tales “giras”.

A esto se suma su salario acumulado de ₡146.134.872,00 en 37 meses, sin contar los salarios de sus cinco asesores: Elías Jiménez García, Sonia Meneses Juárez, Jacqueline Solano Gómez, Erick Solano Zúñiga y Luis Nautilio Trejos Chaverri. ¿El retorno de inversión para el país? Casi nulo.

Proyectos sin trascendencia: benemeritazgos, parroquias y ferias

De los 23 proyectos de ley presentados por Ada Acuña, la mayoría no ha pasado de lo anecdótico. Entre los rechazados están intentos de declarar benemérita a la Orquesta Sinfónica de Heredia o reformar aspectos marginales de leyes ya existentes. De los pocos que se convirtieron en ley, destacan traspasos de terrenos, declaratorias simbólicas y normas sobre ferias. Nada —absolutamente nada— que enfrente el drama de la inseguridad, el declive educativo o la crisis económica nacional.

El momento en que se quitó la máscara

Quizá su frase más infame resuma su desconexión: cuando Costa Rica alcanzó 656 homicidios en 2023, Ada Acuña dijo que era “un lindo número para la lotería”. Con ese nivel de frivolidad, no sorprende que haya sido seleccionada por Rodrigo Chaves y Pilar Cisneros para engrosar las filas del oficialismo más mediocre que ha conocido la democracia costarricense.

¿Más diputados como Ada?

La diputada Ada Acuña encarna el fracaso legislativo del chavismo criollo: mucha pose, cero soluciones. Su paso por el Congreso ha sido un espectáculo mediocre pero muy costoso, con guion pobre y sin aplausos del público. Su “legado” no resiste ni el más superficial análisis técnico o político. Y si esto es lo que el chavismo nos ofrece como diputada modelo, ¿realmente merecen más curules en la próxima Asamblea Legislativa?


 

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