La sombra del narcotráfico alcanza a Gilberth Jiménez
Mientras crecen los vínculos entre crimen organizado y el poder político.
La infiltración del narcotráfico en los poderes del Estado vuelve a encender las alarmas en Costa Rica. El medio independiente Portavoz reveló que Gilberth Jiménez, diputado y presidente de la Comisión de Seguridad y Narcotráfico, gestionó el ingreso a la Asamblea Legislativa del abogado Agustín Corrales Chavarría y su pareja Carolina Torelli Villalobos, ambos señalados por presuntos vínculos con el crimen organizado.
Según el documento obtenido por Portavoz tras una solicitud a la Dirección Ejecutiva del Congreso, la visita se registró el 1.º de octubre del 2024 a las 6:00 p.m. en el despacho del legislador. La presencia de esta pareja vinculada al narcotráfico en el corazón del Poder Legislativo no es un hecho menor, sobre todo cuando Jiménez fue visto hace pocos días compartiendo con Carolina Torelli en un restaurante de Alajuelita, tal y como reportaron diversos medios.
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Este nuevo episodio profundiza las preocupaciones ciudadanas sobre la penetración del narcotráfico en la política nacional, un tema que ha dominado los titulares en los últimos meses y que, lejos de disiparse, se afianza con más fuerza.
Poder ejecutivo con nexos
Pero no es el único caso que pone en entredicho la integridad de las instituciones. Gerald Campos, actual ministro de Justicia, fue sancionado en 2021 por la Corte Plena por reenviar información confidencial del OIJ al hoy extraditable Celso Gamboa, cuando este era magistrado. Los hechos se remontan a su etapa como subdirector del OIJ entre 2018 y 2019, y le valieron una amonestación escrita por falta grave en agosto de 2021.
Los recientes hechos refuerzan la necesidad urgente de cerrar los portillos por donde el narcotráfico busca infiltrarse en las instituciones democráticas del país. Costa Rica enfrenta una amenaza real que no distingue colores políticos ni niveles jerárquicos: la captura del Estado por parte de estructuras criminales.












