Un respaldo que dice más de quien lo da que de quien lo recibe
El expresidente colombiano Iván Duque, conocido por un gobierno rodeado de controversias, represión a la protesta social y escándalos de corrupción, publicó un mensaje apoyando al mandatario costarricense Rodrigo Chaves. En su texto, Duque defiende la “estabilidad democrática” de Costa Rica y advierte sobre supuestos intentos de “interrumpir el mandato presidencial”, afirmaciones que carecen de fundamento constitucional.
Sin embargo, más allá de la retórica, el mensaje deja al descubierto un patrón preocupante: a Chaves lo respaldan actores internacionales cuya propia trayectoria está asociada a prácticas autoritarias, retrocesos democráticos y cuestionamientos éticos.
Los puntos más oscuros del gobierno de Iván Duque
A continuación, un recuento documentado de las principales controversias que marcaron el mandato de Duque (2018–2022) y que hoy plantean dudas legítimas sobre la naturaleza del apoyo que brinda a Rodrigo Chaves:
1. Represión violenta del Paro Nacional 2021
El gobierno de Duque enfrentó una de las crisis sociales más graves en la historia reciente de Colombia. Las protestas masivas derivadas de su fallida reforma tributaria fueron respondidas con uso excesivo de la fuerza, según organizaciones internacionales.
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Más de 70 personas asesinadas, según reportes de derechos humanos.
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Miles de heridos y centenares de detenciones arbitrarias.
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Denuncias de desapariciones forzadas, agresiones sexuales y torturas cometidas por agentes estatales.
2. Nombramiento de militares vinculados a falsos positivos
Durante su mandato, Duque promovió a oficiales de alto rango involucrados en investigaciones por ejecuciones extrajudiciales —conocidas como “falsos positivos”—, un capítulo doloroso de la historia colombiana donde civiles fueron asesinados y presentados como guerrilleros abatidos para inflar estadísticas militares.
Human Rights Watch denunció formalmente estas designaciones.
3. Caso Centros Poblados (MinTIC): corrupción en contratos públicos
Uno de los escándalos más sonados del gobierno Duque:
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Adjudicación irregular de un contrato por más de USD 250 millones para llevar internet a zonas rurales.
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La empresa beneficiada presentó garantías falsas, recibió adelantos millonarios y el proyecto colapsó.
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La ministra de TIC renunció en medio de la crisis.
Este caso es considerado uno de los mayores fracasos de contratación pública en la década.
4. Inteligencia ilegal y espionaje contra periodistas y opositores
Durante su gobierno se destaparon operaciones de vigilancia, interceptaciones y seguimientos ilegales supuestamente ejecutados por inteligencia militar contra periodistas, activistas y miembros de la oposición.
Las denuncias llegaron incluso a foros internacionales.
5. Incremento de asesinatos de líderes sociales y excombatientes
La Fiscalía, la ONU y organizaciones civiles alertaron sobre el aumento sostenido en ataques letales contra:
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Defensores de derechos humanos.
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Líderes comunitarios.
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Exguerrilleros acogidos al acuerdo de paz.
Más de 900 líderes sociales fueron asesinados durante su mandato.
6. Desgaste democrático y retrocesos en la implementación del acuerdo de paz
Duque fue ampliamente criticado por:
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Debilitar políticas y presupuestos destinados a la paz.
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Desatender compromisos con comunidades rurales.
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Romper la confianza institucional generada tras el acuerdo de 2016.
Varios académicos y centros de investigación calificaron su gestión como un retroceso democrático.
Un patrón común: líderes cuestionados apoyando a líderes autoritarios
El respaldo de Iván Duque a Rodrigo Chaves no es casual. Ambos comparten:
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Conflictos con la prensa independiente.
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Tensiones con organismos de control.
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Narrativas de victimización ante críticas legítimas.
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Gobiernos marcados por escándalos y confrontación constante.
Que un expresidente con un historial tan polémico salga a defender a Chaves, a solo meses de las elecciones, confirma una tendencia:
los líderes con prácticas autoritarias se respaldan entre sí para blindarse políticamente y deslegitimar el control institucional.
Conclusión
Costa Rica mantiene instituciones fuertes justamente porque no se deja intimidar por discursos ajenos ni por figuras internacionales con pasados turbios.
La estabilidad democrática se fortalece con transparencia, respeto a la Constitución y vigilancia ciudadana, no con avales de quienes protagonizaron retrocesos democráticos en sus propios países.
