La transformación del debate político en Occidente y el papel del diálogo frente al extremismo.
𝐋𝐚 “𝐞𝐱𝐭𝐫𝐞𝐦𝐚 𝐝𝐞𝐫𝐞𝐜𝐡𝐚”
Recientemente leía los titulares de algunos medios locales que hacían énfasis en que la “extrema derecha” estaba avanzando en Europa.
Ante tales afirmaciones vale la pena preguntarse, ¿y qué es la extrema derecha y por qué nunca se habla de extrema izquierda?
Como libertario, siempre he considerado que la izquierda se asocia con el estatismo (más impuestos, más regulaciones y menos libre mercado), y la derecha con lo opuesto: menos intervención estatal, menos regulaciones y mayor libertad económica.
Pero tengo claro que esa definición la usábamos en los círculos liberales y no es igual para todos. Durante la elección del 2018, Costa Rica sufrió una polarización entre quienes apoyaron el matrimonio entre personas del mismo sexo y quienes no, progresistas vs conservadores.
Pareciera que la distinción predominante entre izquierda y derecha en Occidente ya no se basa en temas económicos, sino en temas culturales y morales.
A la izquierda se le asocia con aborto, derechos LGTB, fronteras abiertas, ambientalismo, feminismo y similares. A la derecha en cambio, se le asocia con ser provida, con familia tradicional, con controles migratorios, con principios cristianos y mano dura contra la delincuencia.
La discusión sobre el grado de intervención estatal y las políticas económicas pasan a segundo plano, pues en los temas anteriores se puede estar en un bando o el otro y ser muy estatista. Siendo así por ejemplo España progresista de izquierda y Rusia conservadora de derecha en la actual polarización.
𝐅𝐚𝐬𝐜𝐢𝐬𝐦𝐨
A quienes nos definimos liberales o libertarios nos desagrada la idea de que nos vinculen con el fascismo, ideología política surgida en la Italia de Benito Mussolini y que rezaba: «todo dentro del Estado, nada fuera del Estado».
La ideología fascista, a menudo denominada tercera vía, rechazó tanto la revolución marxista como la democracia liberal y el individualismo. Una sociedad guiada por el poder económico de mano con el poder político: carismático, autoritario y represivo.
El fascismo italiano suprimió los sindicatos y movimientos obreros, los partidos políticos, suprimió la libertad de expresión y mediante la propaganda sistemática promovió la figura del Duce (guía o líder).
De una manera similar, el nacional-socialismo de Hitler (el Führer) siguió los pasos del fascismo alemán, con un componente racial más marcado.
Las regulaciones estatales, supresión de libertades, persecución de minorías, ataques a la oposición y al modelo democrático por parte del fascismo son muy similares a las ocurridas en dictaduras marxistas como las de Stalin (URSS), Mao Zedong (China) o Fidel Castro (Cuba), aunque las doctrinas ideológicas no persiguieran los mismos objetivos.
𝐃𝐢𝐚́𝐥𝐨𝐠𝐨 𝐯𝐬 𝐞𝐱𝐭𝐫𝐞𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨
Es muy usual ver como es muy frecuente en nuestros tiempos el observar como se usan términos como comunista, fascista, facho o «zurdo de mierda» con mucha frecuencia en nuestros tiempos.
Para algunos, el tener una pequeña diferencia de pensamiento es motivo suficiente para ubicar al que piense diferente en el otro extremo ideológico. Al que se opone al aborto libre le llaman fascista, al que defiende el matrimonio igualitario le dicen comunista/marxista.
Dice el dicho, río revuelto ganancia de pescadores, y es que en un mundo donde cada vez es más frecuente la polarización, cada vez es más común terminar (aunque no sea de forma consciente en uno de los extremos).
El resentimiento y odio hacia quienes piensan distinto es muy alto, y hoy podemos ver a sectores progresistas que hasta festejan que radicales islámicos asesinen y hagan sufrir a conservadores cristianos, o a liberales cerrando filas con evidentes fascistas porque hacen llorar a los zurdos.
El diálogo es fundamental para evitar caer en esta polarización y entender que aunque tengamos ideas o principios distintos, todos compartimos un mismo pedazo de tierra y nos cobija el mismo cielo, y que en otros momentos hemos podido compartir y buscar soluciones a problemas que nos afectan a todos.