Por Antonio Fernández
Director de Revista Doxa
Las redes sociales abren una ventana al mundo exterior, y por esa ventana tenemos el potencial de hacernos ver desde cualquier rincón del mundo, pero visto de otra forma, cualquier desconocido puede vernos.
Probablemente, en un desplante de enojo ante un comentario del presidente Chaves, Jimena Rueda, hija de un magistrado y asistente en la Corte Interamericana de Derechos Humanos en ese momento, comentó —ya esto amerita un francotirador — en una de sus redes.
Para cualquier persona, pero principalmente para alguien que labore en una institución defensora de derechos humanos (siendo el derecho a la vida el principal) esto resulta totalmente inaceptable.
De momento, la joven ya perdió su trabajo (tras presentar renuncia), dos reconocidos penalistas como José Miguel Villalobos y Juan Diego Castro señalaron delito de amenaza, al tiempo que muchos usuarios repudiamos la publicación de la joven.
Por mi experiencia en redes sociales considero que en estos casos, independientemente de lo legal, lo más recomendable es retractarse públicamente, más si la persona involucrada en esta situación es figura pública.
¿𝐀𝐦𝐞𝐧𝐚𝐳𝐚 𝐨 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐦𝐚𝐥?
Independientemente de las diferencias políticas o ideológicas que podamos tener, no hay justificación alguna para querer muertos a los de la acera de en frente.
Sin embargo, en los Tribunales de Justicia no se debate lo éticamente bueno o malo, sino que se aplica la ley.
Conversando con un penalista sin sesgo político que prefirió mantener el anonimato, me indicó que para que exista una amenaza esta debe ser directa, probable y tener como objetivo intimidar a la víctima.
Expresiones como: «ojalá a fulanito lo parta un rayo», o «espero que fulanito sufra algún percance antes de cantar en un concierto», manifiestan deseos perversos contra una persona mas no una amenaza, ya que quien emite el deseo perverso no es quien ejecutaría la acción.
En el caso de Jimena Rueda indudablemente hay un deseo perverso contra el presidente, el de que un francotirador lo fulmine. ¿Pero se puede deducir que ella contrataría a uno? De darse una denuncia sería interesante ver el desenlace.
𝐎𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐀𝐦𝐞𝐧𝐚𝐳𝐚𝐬
La violencia en la política costarricense no es un tema nuevo, pero durante esta administración hemos visto un incremento de los casos, tanto de amenazas como manifestaciones violentas.
Un hombre que ingresó a las barras legislativas y amenazó a varios diputados hoy se encuentra descontando prisión preventiva por tales actos, la creadora de contenido Yendry Quirós rechazó una conciliación con el diputado Ariel Robles al que amenazó con sacarle el sirope, y el adulto Alexis Salas Garita fue allanado tras amenazar a magistrados, y pese a lo anterior ha realizado otras declaraciones violentas contra otros diputados.
Tampoco debemos olvidar las amenazas contra diputados que revelé en Doxa CR con capturas y audios proporcionados por personas afines al gobierno pero que repudiaban la violencia.
Los audios son denuncias y filtraciones de simpatizantes del gobierno que no están de acuerdo con el tono agresivo y anti democrático de quienes se proclaman, la voz oficial de Costa Rica y sugieren el mandato de un partido único, el de Rodrigo Chaves. 2/2 pic.twitter.com/TiulN7SmiG
— Doxa CR (@DoxaCR) September 28, 2023
La violencia política en Costa Rica es un preocupante signo de una democracia enferma, donde no hay espacio para diálogo pero si para rencores, debe condenarse tanto si se emite contra políticos que nos agradan o representan, tanto como se emite contra políticos que nos desagradan.