Un hallazgo envuelto en dudas
La candidata del narco partido asegura que hallaron un micrófono “capaz de escuchar a un kilómetro”, pero expertos advierten que su versión es técnicamente inverosímil y legalmente débil.
La candidata presidencial Laura Fernández, del partido Pueblo Soberano, denunció haber encontrado un supuesto micrófono espía oculto en un tomacorriente de su oficina de campaña. Según afirmó, el dispositivo tendría un transmisor de un vatio, batería independiente, un valor entre 2.000 y 3.000 dólares, y la capacidad de “escuchar conversaciones hasta a un kilómetro de distancia”.
Sin embargo, un análisis técnico y legal revela que la denuncia está plagada de inconsistencias, exageraciones y errores que ponen en duda la veracidad del relato. Lejos de ser un sofisticado equipo de espionaje, el objeto mostrado por Fernández podría tratarse de un módulo básico de audio de bajo costo, fácilmente disponible en internet por menos de 100 dólares.
El micrófono que no convence a los expertos
La afirmación de que un dispositivo del tamaño del que muestra Fernández puede captar conversaciones a un kilómetro es altamente improbable. Los transmisores de esa potencia requieren antenas calibradas, alimentación continua y línea de visión directa, condiciones que no se cumplen en el supuesto aparato hallado.
Además, la candidata asegura que el dispositivo estaba oculto dentro de un tomacorriente, algo que agravaría los problemas técnicos:
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⚡ El contacto con corriente alterna de 110 V o 220 V podría dañar el dispositivo o provocar un cortocircuito si no está debidamente aislado.
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📡 El fuerte campo electromagnético generaría interferencias y ruidos eléctricos que inutilizarían la señal de audio.
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🔇 El empotramiento dentro de la pared reduciría drásticamente la capacidad de captación de sonido.
Por estas razones, especialistas consultados sostienen que el aparato difícilmente podría cumplir con las funciones descritas por Fernández, lo que refuerza las dudas sobre la naturaleza del hallazgo.
Cadena de custodia rota y valor legal cuestionable
Otro punto grave señalado por abogados penalistas es que Fernández manipuló directamente el objeto antes de que intervinieran las autoridades, rompiendo la cadena de custodia y comprometiendo cualquier eventual prueba.
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Sin peritajes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) ni informes técnicos independientes, resulta imposible determinar si el dispositivo estaba en funcionamiento, quién lo colocó o con qué propósito.
Hasta ahora, la Fiscalía de Pavas confirmó que recibió una denuncia por “captación indebida de manifestaciones verbales”, pero no ha emitido ningún pronunciamiento sobre la autenticidad del aparato ni sobre la existencia de un intento de espionaje político.
Un show político más que un caso técnico
El episodio ha sido calificado por varios legisladores como un “show político” y un “acto patético”, señalando que la candidata no ha presentado pruebas concluyentes ni identificado la empresa que supuestamente halló el dispositivo.
La narrativa de espionaje, además de técnicamente débil, se alinea con una estrategia de victimización política utilizada en campañas para distraer la atención de temas de fondo.
En palabras de un especialista en telecomunicaciones consultado por Radio Zurqui:
Conclusión: más preguntas que respuestas
Lejos de revelar un operativo sofisticado de espionaje, la denuncia de Laura Fernández abre más preguntas que respuestas. La ausencia de pruebas técnicas sólidas, la manipulación de la supuesta evidencia, las afirmaciones exageradas sobre sus capacidades y la elección poco lógica del lugar donde estaba oculto hacen que el caso se perciba más como una puesta en escena electoral que como un hecho comprobado de espionaje.
Mientras tanto, la ciudadanía sigue esperando explicaciones claras y peritajes oficiales que confirmen si hubo o no una violación real a la privacidad de la candidata o si todo fue un capítulo más en el manual del populismo político.