Ataques del oficialismo buscan desacreditar al vocero del Tribunal Supremo de Elecciones
El vocero del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), Gustavo Román, respondió con firmeza a la denuncia por presunta beligerancia política presentada por diputados oficialistas, entre ellos Pilar Cisneros, calificándola como un intento deliberado de difamarlo y debilitar la autoridad del TSE en un momento crítico para la democracia costarricense.
En una columna publicada en La Nación, Román sostuvo que la denuncia carece de sustento legal y refleja “una profunda incomprensión de la legislación electoral”. Desde el primer párrafo, dejó claro su argumento central:
criticar el autoritarismo o la desinformación del poder no constituye beligerancia política; es un deber constitucional.
🔎 Defensa de la democracia no es beligerancia: el argumento de Román
Román subrayó que la neutralidad obligatoria del TSE no significa silencio ante prácticas que puedan poner en riesgo la democracia. Señala que defender instituciones, procesos y reglas electorales no lo convierte en actor partidario, sino en un funcionario que cumple con su mandato.
“Ni debo ni quiero ser neutral frente al autoritarismo.”
Este punto es esencial para entender el choque político: mientras el gobierno impulsa la narrativa de que cualquier crítica del TSE es “sesgo político”, Román sostiene que callar ante abusos sería la verdadera falta de imparcialidad.
🎯 Ataques personales: una estrategia para desacreditar al árbitro electoral
Román también denunció el uso de ataques personales —como cuestionamientos sobre una beca académica obtenida hace más de una década— como parte de una estrategia para dañar su reputación y desviar el foco del debate real.
“No buscan debatir ideas; buscan destruir reputaciones.”
Este tipo de ataques, dice, revela un patrón: convertir al TSE en enemigo político para erosionar la confianza pública en el árbitro electoral.
⚠️ Contexto: un oficialismo enfrentado al TSE
La denuncia contra Román no surge en el vacío. Ocurre en un momento en que:
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El TSE analiza denuncias por beligerancia política contra el presidente Rodrigo Chaves.
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El gobierno mantiene un discurso confrontativo hacia la prensa y las instituciones de control.
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Crece la preocupación por una narrativa oficial que intenta politizar al árbitro electoral.
En este contexto, la respuesta de Román adquiere un peso institucional: advierte que los ataques buscan intimidar al TSE y enviar un mensaje de censura a quienes adviertan sobre prácticas autoritarias.
🧩 El verdadero riesgo: deslegitimar al TSE para controlar el proceso electoral
La columna de Román revela que la denuncia no solo es infundada, sino peligrosa. Abre la puerta a un intento de:
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Silenciar funcionarios del TSE,
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Desacreditar la institución,
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Debilitar la autoridad del árbitro en plena carrera electoral,
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Y normalizar la presión política contra quienes frenan el avance del autoritarismo.
Román defiende su honor, pero sobre todo defiende un principio que Radio Zurquí ha señalado una y otra vez:
las instituciones democráticas no pueden arrodillarse ante el poder político.











